Esta nota la repartieron en
mi facultad (Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia) el
día del contador en el 2011… me pareció genial y ahora me parece prudente y
constructivo compartirla con ustedes en este blog… ignoro quién es su autor.
Hablando
de trascendencia…
-¡¿Usted está estudiando
contaduría?! Ser contador resulta decepcionante.
-¿Por qué?
-¡¿Por qué! ¡Usted
estudiando Contaduría y me pregunta por qué?! Paso todo un día registrando
facturas, cheques, recibos, comprobantes y demás frente a un computador. Noches
enteras cuadrando los balances de prueba y días completos peleando con el
Balance General y el Estado de Resultados, ni que hablar de la pelea al acabar
el año con los otros estados financieros; no existe festividad tranquila.
Siempre estamos arqueando cajas, discutiendo con los encargados e intentando
explicarle al gerente porque el dinero que yo le dije que tenía no era igual al
registrado por el banco. Y ni pensar en la tortura que resulta marzo de cada
año cuando tengo que explicarle a montones de accionistas que las utilidades
¡no son plata! Hace mucho tiempo que no conozco el descanso, y ahora resulta
que la compañía tiene ganas de ampliar sus inversiones y piensa adquirir la
participación mayoritaria de alguna empresa, ¿usted sabe lo que es consolidar
la información? No puedo dormir cuadrando un balance, ahora imagínese cuadrando
dos. Ojalá no sea una empresa manufacturera, no me faltaba sino tener que
pelear con sistemas de costos, me basta ya con tener dos tarjetas kárdex en el
bolsillo. ¡Dios nos libre de un mundo sin el decreto 2649 y el plan único de
cuentas! En un mundo así yo no sabría que hacer…
-Señor contador, usted no ha
aprendido nada.
Marzo 01, Día del
Contador.
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